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sábado, 19 de julio de 2008

Desde el bosque de Sherwood

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Como muchas otras materias, el tiro con arco requiere práctica. A medida que cuentas por centenares las flechas lanzadas, si aplicas correctamente la técnica del tiro, éstas gradualmente han de tender a agruparse en una zona de la diana. Si empiezas a contar por millares los tiros efectuados, puede que se vaya incrementando la puntería, acertando cada vez más plenos. La puntería entra entonces en la fase intuitiva. La posición del cuerpo y los movimientos empiezan a ser memorizados, automáticos. Y crece la confianza personal en realizar un tiro certero.

Entonces ocurre que, de vez en cuando, coincide que una flecha queda clavada en el culatín de otra. A esta mezcla de suerte y precisión, en el argot de la arquería, se le llama hacer un Robin, en honor al legendario arquero medieval.

Aunque la hazaña tiene el coste de dejar al menos una flecha inutilizable, se compensa con la satisfacción de haberlo logrado alguna vez.







Y es que practicar el tiro con arco es divertido,
hacer un Robin es emocionante
y hacer un Robin en el centro de la diana... debe ser la hostia!

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2 comentarios:

Anónimo dijo...

Fantastic el teu blog !!!
Per la foto veig que has pogut sol.lucionar molt be el tema de la diana.
Fins aviat.
Hagakure

pallaferro dijo...

Gràcies Hagakure!

I encara ho he millorat amb una estructura més robusta, això de la diana...

Salut,