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domingo, 1 de noviembre de 2009

Los pilares de mi mundo

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Muchas veces ha venido a mi mente esa vieja canción que, con gran acierto, afirmaba que en la vida hay tres cosas básicas para ser feliz: salud, dinero y amor. No obstante, también hay gente más mundana y superficial que se compran un camión, o un tractor amarillo, y con ello ya tienen su felicidad… zoológica.

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Mi esquema de felicidad y equilibrio emocional parece que se me ha vuelto –con los años- un poco complejo. Aunque espero que no se me complique más, dudo que esperanzas y realidades sigan el mismo camino.


Bajo mi percepción, soy de la opinión que el equilibrio emocional de una persona se apoya sobre un conjunto de pilares. Unos pilares son sólidos y otros están más débiles, unos son más estables y otros varían de grosor por ciclos temporales. Enfin, que el equilibrio emocional de todo quisqui oscila constantemente. Lo importante es que esa oscilación no se acentúe demasiado, se tambalee todo y el “castillo” en el que estás montado se venga abajo. Para ello, en tu interior, allí donde radican tus sentimientos más íntimos, se establece una constante lucha con el fin de mantenerte erguido sobre esos pilares sobre los que crees apoyarte.


¿De qué pilares estamos hablando? Pues en el de la salud, la economía, las raíces, los hijos, el amor, los amigos, el trabajo, las aficiones,… puede haber más pilares, aunque en este momento no soy capaz de percatarme de ningún otro. Y suele pasar que te percatas de que había un pilar ahí, precisamente, cuando éste se rompe.



Cuando, por circunstancias propias de la vida, hay algún pilar de éstos que se debilita, inconscientemente nos apoyarnos con más intensidad en los otros que los vemos más firmes y seguros con el fin de mantener esa estabilidad emocional. No siempre el pilar dañado es reparado. Unas veces por desidia, otras por profundo dolor, otras por temor a afrontarse al problema y bajar a trabajar en los cimientos del pilar, se acaba creyendo uno – ingenuamente - que “el tiempo” lo sanará, que con “el tiempo” ese pilar crecerá y volverá a ser firme como lo era en un pasado.


Un hecho acontecido recientemente en el trabajo ha hecho que, el pilar donde me había refugiado en los últimos dos años, tambaleara fuertemente. He pasado a encontrarme solo ante las responsabilidades y las decisiones a tomar. Ha sido para mí una sacudida que me ha hecho revisar el conjunto de pilares que soportan emocionalmente mi vida y, entonces, he creído darme cuenta de su débil y frágil estado.


Y como si fuera un síndrome propio del otoño, o algo contagioso, los miedos me han enturbiado el ánimo y el corazón. Miedo a la soledad, miedo a que algo o alguien pueda hacer daño a mis seres queridos, miedo a perderlos, miedo a todo.



Recuperar la confianza y la seguridad; disipar los miedos y fortalecer los pilares dañados; alimentar el alma con amor y crecer en la autoestima; saber escoger bien el camino a seguir y cambiar tu óptica con la que enfocabas los principios y la felicidad de tu vida… no son cosas fáciles ni rápidas. Requiere pensar en soledad, reflexionar sobre qué te ocurre realmente, comunicarte con los demás y en especial con tu seres más queridos, sincerarte y poner en crisis valores que tenias por asentados en tu cerebro desde siempre...


Pero soy muy afortunado porque me han ayudado todos mis seres queridos y, por ello, les agradezco sus abrazos, sus besos y sus reconfortantes palabras.


Os quiero.

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8 comentarios:

Pilara dijo...

Estimado Pallaferro, la escala de valores va variando con el tiempo y las circunstancias.
Como muy bien dices, los tres pilares básicos nos los apunta la copla... salud, dinero y amor. Lo malo es que no decidimos cómo, cuándo, dónde y en la proporción que nos van a ir llegando; sin contar que estos pilares se trenzan y se entrelazan con cúmulos de factores (sociopolíticoreligiosoculturales) que aportan "animación"...

¡El caso es no aburrirse!

Mi reflexión es que "nuestro mundo", el de cada uno, tiene un pilar básico que es uno mísmo y en lo que depende de nosotros tenemos que estar en continuo proceso de construcción de cimientos y asideros que nos mantengan erguidos, mantenimiento y control de las cargas que le echamos a lo que edificamos y restauración de los elementos que van perdiendo cualidades y se van deteriorando con el paso de los años.
Para todo esto cada cual utiliza los "materiales" que va teniendo a mano y en muchos casos hay que acudir al ingenio...
No creas que es egoista lo que digo, piensa que despúes solemos interacturar ente nosotros (¡tenemos esa mala costumbre!) y siempre es bueno ser un pilar sólido que sustente a otros o ... que aguante el envite, que nunca se sabe lo que pasará cuando se produzca ... el encuentro con "otros mundos"...
Y te aseguro que ellos también están en éste.

Un fuerte y cálido abrazo.

Laura dijo...

Diuen que fins i tot el mateix cosmos esta subjectat per quatre pilars. Per sort deuen estar ben fets, ja que els va construir el mateix Déu.

A imatge del cosmos, tots necessitem de pilars que ens ajudin a no caure a l’abisma, però, saps què Edu?... algú d’una qualitat humana com tu no necessita tenir por dels pilars, per força han de ser uns pilars forts i ben assentats, de això estic ben segura.

T'estimo molt
Molts petons

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Rubén Oliver dijo...

Los pilares más sólidos,no lo eran tanto...Como vamos por la vida de apoyo en apoyo,al primer temblor,nada como un valor seguro,como el amor,por ejemplo.
Cuya fuerza,deja a los demás en simples postes plantados.
Se me dirá que la salud...ya,ya...hay sanos y ricos bien infelices.
Cuéntale tus penas a un billete...
Como dice el cantante:"Querré alguien a mi lado/que me recoja al caer/por eso habré tenido suerte/de llegarte a conocer".Yo no deseo nada más,lo mismo te deseo a ti,que ese que se agache,sea alguien que te ame.
Ya ha de ser triste,llegar a casa sano,rico y solo.
Mira quién te lo dice,(el abuelo de Heidi),pero ya suele pasar que..."consejos vendo,para mi no tengo".
Un abrazo.

juancar347 dijo...

Saber valorar los pilares sobre los que forjamos nuestra vida y tener presente que estos, por una serie de circunstancias, pueden tambalearse, inducen a reflexionar y sobre todo, a apreciar en todo momento aquello que tenemos. Una persona valiente es aquella que saber reconocer sus limitaciones, tanto sus alegrías como sus limitaciones; su coraje y sus miedos y tener la cordura de hablar de ellos de una forma abierta al mundo. Amigo Eduard, creo que eres una buena persona; al menos, esa es la sensación que me transmites cada vez que nos vemos y creo justo, también, que lo sepas. De modo que no me cambies. Un abrazo

Polvorilla dijo...

¿De qué pilares hablas? ¿De dónde te crees que te nacen la ternura, la compasión, el afecto exquisito que me demostraste cuando mi cantero herido estaba en el hospital y tú, allí a mi lado, como un compañero?Sí, porque la palabra compañero, que tan deteriorada está a veces por el sindicalismo, no es etimológicamente hablando lo que en la actualidad se entiende, tiene un sentido más profundo:"companagium", los que comparten el pan. El pan de la angustia, de la risa, de la amistad. Estas cosas no salen solas y porque sí, salen porque hay unos pilares que las fundamentan.Aunque le agradezcas a tus seres queridos lo que te han ayudado, lo han hecho porque tú ya habías puesto esos pilares dentro de ti hace tiempo y ellos sólo los han consolidado.Ánimo, que hasta he estado haciendo una encuesta informal para averiguar quién tira la basura en el mundo marroquí:¡los niños!Me gustaría hacerte un regalo para animarte, sólo tengo éste"cada vez que las coincidencias nos conducen a algo nuevo, crecemos, nos convertimos en personas más completas que existen en un nivel de vibración superior" ¡gracias por existir!

Anónimo dijo...

Me ha impresionado tu entrada, Pallaferro. Su claridad. La imagen de los pilares. He pensado en los míos.
Los miedos. También aquí he pensado en los míos.

Los comentarios que te han dejado, muestras de gran cariño, sincero aprecio, hablan de lazos, de red tejida para ti, para recordarte quién eres y lo que puedes.

Me alegraría que encontraras de nuevo la tranquilidad.

Gracias por compartir lo que estás viviendo con tanta apertura.

pallaferro dijo...

He leído y he vuelto a leer vuestros comentarios. He mantenido conversaciones estos días con gente que ocupa una parte muy importante en mi corazón. Todos me habéis ayudado y me habéis dado vuestro apoyo. Gracias.

Y he reflexionado, me he equivocado, he rectificado, he llorado, he madurado... uff! !Qué torbellino de pensamientos, sentimientos y emociones me han pasado por mis "dos neuronas" ! !Para una vez que se tocan, vaya "pollo" me han montado!

Atras he dejado ya el valle oscuro, encontré un monte que -contrariamente a lo que me imaginaba- me abrigó del frío y ahuyentó mis miedos, y volví a encontrar la senda que, con suave trazo, me ascendía hacia el cielo abierto. Ahora he subido hasta lo alto de la loma, un paisaje amplio y luminoso se abre ante mi, diviso feliz el horizonte y decido caminar hacia donde se pone el sol, en mi propio "Camino de Santiago".

Gracias, de veras, a todos, por estar ahí.

Baruk dijo...

"En la mitad del camino de mi vida, me reencontré en una selva oscura, por haberme apartado del camino recto. Ah! Cuan penoso me sería decir lo salvaje, aspera y espesa que era esta selva y cuyo recuerdo renueva mi temor...

...No sabría decir cuando entré allí, tan adormecido estaba cuando abandoné el verdadero camino. Pero al llegar al pie de una cuesta, miré hacia arriba y vi su cima revestida ya de los rayos del planeta que con seguridad nos guia por todos los senderos. Entonces se me calmo el miedo que habia permanecido en el lago de mi corazón durante la noche que pasé con tanta angustia".

Ya ves, incluso a Dante le paso, y es que lo que pasa hoy ya ha pasado antes, recuerdas?..."no hay nada nuevo bajo el sol".

Besitos molts