La estrella más brillante de la constelación del Can Mayor nos guarda misterios, sin embargo la tribu africana de los dogón parece que los conoce desde hace unos cinco mil años.
Sirio tiene una compañera oculta. Sorprendente. Sobretodo cuando los astrónomos no sospecharon de la existencia de la enana blanca Sirio B hasta el siglo pasado.
Según la tradición dogón, en épocas remotas, un ser, Nomo, procedente de Sirio, llegó a nuestro mundo y conectó con sus antepasados, aportándoles el conocimiento. Desde entonces saben que su periodo de revolución es de 50 años; que, aún siendo muy pequeña, es de las más pesadas del firmamento; que contiene el germen de todas las cosas, ...
El patrón del mito de un dios civilizador se reproduce también en este caso de los dogón. Puede ser heredado de tiempos predinásticos egipcios, por cuanto Sirio también se asocia a Isis, y a Osiris; al señor del Sol, y también del sol negro, del Sol detrás del Sol... o del Sol que alumbra la morada de los muertos.
Curiosa relación que nos aparece de nuevo, ya que Sirio también es conocida como la estrella-perro, y el perro, en algunas tradiciones, aparece como el guardián del submundo, como Anubis.
Aún nos dejamos, tal vez para otra ocasión, más relaciones sorprendentes de Sirio. Pero no quería finalizar sin mencionar que cuando, por la noche contemplo el firmamento estrellado, pienso en el libro infinito que hay escrito ante nuestros ojos y que, por nuestra limitación, no somos capaces de leer más que algunas líneas.
domingo, 18 de mayo de 2008
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1 comentario:
Esta noche disfrutare del firmament de forma distinta
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