.....

viernes, 4 de julio de 2008

Románico para todos los gustos



Hay una gran variedad de seguidores del románico. Desde aficionados, pasando por amigos y hasta acabar por interesados, podríamos enumerar someramente por qué motivos personales se pueden sentir atraídos por éste arte.

Unos observan sin mayor intención que la de recrear el sentido de la vista. Otros se interesan por el nivel descriptivo que les pone en el catálogo turístico. Unos pocos recavan en el contexto de ése románico: historia, datación, enclave, autoría, evolución... Otros disfrutan descubriendo en algunos capiteles, arquivoltas, tímpanos, canecillos o pinturas murales escenas de pasajes bíblicos, de virtudes, de vicios, de oficios o de animales entre otras típicas figuraciones. Muchos recogen en su cámara las mejores imágenes de su visita para su posterior recuerdo, o estudio. Algunos llegan a encontrar similitud de hechura con algún otro capitel de un templo cercano, o lejano, identificando maestros, talleres y hasta los posibles itinerarios que siguieron. Habrá un grupo que destacará por descifrar la simbología oculta en alguna representación, obteniendo un mensaje más allá de lo evidente. Habrá quien aprenderá nuevas cosas a partir de esas investigaciones y reflexiones, aumentando conocimientos y alimentando así su cultura y su espíritu. También habrá un círculo reducido al que se le ocurrirá disparatas conjeturas relacionadas, muchas de ellas, bajo el mismo patrón monotemático. Hasta habrá quien diga que obtiene psicofonías de las piedras...


Muchos ojos oteamos el románico. Algunos miran, unos pocos ven. No obstante creo que a todos los que nos atrae el románico, tenemos en común que encontramos belleza en la sencillez de sus formas, en la ingenuidad de sus figuras, en el sutil trato de la luz...

Pero creo que, sobretodo, encontramos belleza en el románico porque conectamos a un nivel no formal. Tal vez espiritual, tal vez ancestral, tal vez... no haya palabras para describir este enlace que nos cautiva.



Salud, Amistad y Románico

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. Se muy poco de románico (aun) pero conozco ese climax que se crea cuando se esta en contacto con el, en que todo se vuelve intemporal y te lleva mas allá de ti a donde no puedes ir con tus propias fuerzas ni conocimientos

No se lo que es pero lo conozco. No habia caido en ello hasta que he leido tu post.
Gracias y un abrazo.

Baruk dijo...

Bueno, quizá no hay palabras para describir está experiencia porqué estamos tan poco acostumbrados a rozar la trascendencia que aún no sabemos definirla.

Para mi ese saludo a modo de despedida es lo sufientemente trascendente para descubrirme ante él.

Salud, Amistad y Románico... y un besito