
Todo un mundo de ofertas y demandas, documentado y estadísticamente analizado. Quedé flipando con el tema.
Pero mi nivel de alucinación lo superé hace unas semanas, cuando tuvimos la magnífica oportunidad de visitar un invernadero del conocido Mar de Plástico, en Almería. El amable agricultor nos enseñó su huerto perfectamente ordenado, con las plantas uniformemente crecidas y alineadas, con un riego por goteo, con un sistema de regulación de las condiciones de humedad y temperatura en el interior del invernadero, bajo un techo de plástico blanqueado para reducir la radiación solar en el interior durante el verano. En fin, todo un lujo de aplicación de la tecnología en una explotación agrícola intensiva. También nos enseñó cómo en su plantación de pimientos había introducido unos diminutos insectos con el objetivo de que se comieran otros bichos malos –más pequeños aún y que se camuflaban en el reverso de las hojas- que, si crecían en población, acabarían con la cosecha.
Cada vez que pienso lo buenos que estaban los pimientos verdes que nos obsequiaron, no salgo de mi asombro de pensar el nivel tecnológico que hay detrás de estas plantaciones. Todo un mundo de la agricultura científica, aplicada por un experto agricultor enamorado de su trabajo. Fue una autèntica experiencia alucinante e inolvidable.
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5 comentarios:
Si que le habeis sacado partido a las vacaciones en Almería, ahora la vuelta al curro será otro cantar je je je.
Un bonito reconocimiento a la labor de Francis, el amable agricultor almeriense, sí señor.
La delicadeza en el tratamiento del tema, ha hecho que prescindas de sus connotaciones "picantes". Y así,... miel sobre hojuelas.
¿ Ves a qué me refería con lo del síndrome del mojito?
Salud y románico
y que lo digas, Finchu!
No recordaba que la inmersión en el curro fuera tan durilla... y lo malo es que queda un año para el próximo desmadre.
Un saludo,
Hola Malvís, que gusto verte por aquí!
Para la próxima resérvame unos cuantos pimientos de los picantes para aliñar con el aceite... bocado de cardenale!!
Un abrazo amigo
Lo que me encanta del invernadero es que no te imaginas lo que guarda y realiza en su interior.
Los lugares de culto deberían ser los invernaderos, hay más vida y se realizan más milagros que en las frias iglésias a las que estamos acostumbrados.
Salud y románico
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