.....

martes, 30 de septiembre de 2008

Tomapelcul

.
He asistido hace unos días al "apagón" de un foro de opinión.

El administrador del lugar ha decidido marcar su propio estilo masculino y singular. Diría que el tipo se ha creído alguien importante en el mundillo, le ha cogido un subidón del ego a la cabeza, ha menospreciado a los compañeros que frecuentaban el foro y ha decidido relacionarse con “círculos” de “amigos” a pesar de haber recibido constantemente de éstos collejas, puñaladas e insultos.

Este personaje ha optado por borrarlo todo, tema a tema, cargándose las aportaciones hechas por un buen grupo de gente durante más de un año. No concibo cómo alguien puede decidir esto sin más, utilizando sus órganos de gobierno. Es una falta de consideración a los demás participantes. Hubiera podido dejarlo aparcado, desvincularse de su funcionamiento, ceder la moderación a un tercero... pero no. No ha habido compasión, ni explicación, tal vez ni reflexión, sencillamente ha dejado de lado a los pobres mundanos que frecuentaban su foro y punto. “Lo maté porqué era mío”.

Sólo se me ocurre pensar que, dado que había algunos post donde quedaba en ridículo, ha querido limpiar su imagen y ha borrado todo para así dedicarse a la política o a alguna otra actividad de similares intereses mezquinos.

Las cosas son así en este mundo. A él lo dibujaron soberbio y falso, y esto es un borrón que ya no hay goma que consiga borrarlo. “Dios me lo da, Dios me lo quita” Sólo sentirse divo puede justificar tal fechoría de falta de respeto a todos los que anunciaba como amigos y que también sentían ese foro como el suyo, el de todos.

¡Qué vacua era esa amistad en él! Ya me parecía que la usaba demasiado tendiendo la mano abierta hacia todo el mundo. En fin, ¡Ver para creer!


Me acuerdo de un relato que rezaba como “Cruzar puentes ya puedes, ¡A tomar por culo!, ...

Dios reyes”
.

2 comentarios:

Baruk dijo...

Como suelen decir los holandeses: "Las palabras de oro a menudo van seguidas de actos de plomo"

Anónimo dijo...

Por desgracia, y en mi opinión, lo único que a mi me sabe mal de verdad es la pérdida de todo ese saber, ese trabajo, ese entusiasmo y esas ilusiones que muchos de los participantes altruistas habían aportado sin pedir nada a cambio.

En algún lugar leí o escuché: "quemar un libro es el peor acto que puede hacerse en una guerra". Se pierde el conocimiento contenido en él y se muere una parte del alma del autor.

Ánimos!!! ;)